Siempre se ha dicho que la imagen lo es todo, que la primera impresión
es lo que cuenta, y se habla de la imagen personal como algo
superficial, externo y frÃvolo.
Y, asà es como lo ha asumido la mujer, hay que verse bien cueste lo que cueste,
hemos renunciado a nuestras uñas naturales para alcanzar la perfección, de tenerlas regias
y largas siempre,gracias a las uñas postizas.
Todo el mundo cuenta con hermosa cabellera larga y lustrosa (con la que no nació y
cuya textura dista mucho de su realidad); y ahora todo mundo puede tener un buen trasero,
unos pechos de revista y medidas de modelo 60 90 60, gracias a la cirugÃa plástica.
Todas estas nuevas "herramientas" con que cuenta la mujer,
para verse bien (porque sin ellas no lo hace...¿Según quién?) tienen
consecuencias a largo y mediano plazo, la carrera por ser una muñeca
Barbie, ha causado una pérdida de identidad, problemas de aceptación de
nuestro ser, nuestras raÃces, ha dado a luz enfermedades como la Bulimia
y la Anorexia; estas cosas no son nuevas, pero están ahà presentes en
nuestras vidas.
Pero "la moda no incomoda", es la máxima que se
suele usar, la sociedad te lo exige y tenemos la necesidad de ser
aceptados y entrar en los cánones de belleza. Esto a dado lugar a la
discriminación aspectista: "la
discriminación de las personas por ser feas, gordas o no encajar en los
cánones de belleza al uso. Este tipo de racismo se manifiesta sobre todo
a la hora de contratar a trabajadores y algunos lo definen ya como la
gran lacra del siglo XXI".
Cabe destacar, que con
esto no estoy diciendo que debemos andar "decricajadas" (perdón pero me
encanta esa palabra, quiere decir desarreglada/descuidada); lo que digo
es que la apariencia no lo es todo,de que sirve verse bien y sólo
"verse", no poder tener una conversación de ningún tema que no sea ropa,
maquillaje, novios, vida nocturna (bebidas, clubes, fiesta) y programas
de televisión¿A dónde hemos dejado el cerebro?
Lo peor es que no se nos toma en serio, y somos tratadas como un pedazo
de carne sin valor, en los medios, propaganda y anuncios publicitarios
no pasamos de ser un sÃmbolo sexual y en general en nuestra posición en
la sociedad estamos en desventaja.
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