viernes, 31 de julio de 2015

La Chica de Belgrano

- Hoy paso por tu casa, un amigo me deja con el auto.
-Ah genial.
-Sisisisi, es mas ya es la segunda vez que me deja en la puerta de tu casa y ¿sabes como te dice?
-¿Como?
- La Chica de Belgrano.

Y ya era mas o menos el tercero en decirme "La Chica de Belgrano". Nunca me gusto ser "Nada de Nadie", si bien mis papas estuvieron nueve meses para pensar un nombre y que alguien me reconozca por un barrio, tampoco estaba bueno. Y menos cuando ese barrio iba a ser "momentáneo".
Cuando llegue al lugar, me había percatado que había una nota en la puerta de la heladera la misma diciendo "Bienvenida a tu nuevo hogar". La había visto tan mio ese hogar, tan chiquito, tan diminuto, fue decorado de manera particular, cada mínimo detalle significaba algo, la colocación de muebles, la pintura, las flores y velas, todo tenia un motivo.
Habíamos pasado tantas cosas, iba hacer su primera inquilina y el iba hacer mi primera vivienda como "Mujer Adulta".Era el gustito y al mismo tiempo el shot de adrenalina de mi libertinaje. 
De querer invitar a las personas que quieras, si no tenia ganas de cenar directamente no iba a cenar y si quería estar triste tranquilamente iba a poder llorar sin que nadie me pida una explicación. Si quería traer a todos los chongos, los iba a traer, si me quería emborrachar lo hacia. Eso era ser la Chica "Soltera" de Belgrano. 
Vivir la vida al limite, excesos, descontrol. En una noche que duerman 4 y en otra no querer ver a nadie. Era mi montaña rusa en esas cuatro paredes. Mi propio limite (que nunca lo tuve) y al mismo tiempo la misma depresión (de conformarme con que Lucifer caiga a las 4AM de la madrugada un día Martes)

- Cualquier cosa que necesites, llámame. Alimentate, Come bien, y si no te gusta, volve a la casa de tu vieja.
- Viejo, no pasa nada, enserio. Muchas gracias.

Me acuerdo de un consejo que me dieron cuando me iba de la casa de mi "Mama": "Pensa que el nuevo departamento es tu nueva vida ¿Que pensas llevar?".
Y como siempre digo y la vida te demuestra... la ruleta rusa volvió a dar vueltas y vueltas. 
Ese año y siete meses que disfrute ser la "Chica de Belgrano" había llegado a su punto final. Ya no habían esas caras amigas que pasaban los fines de semana en casa, ya no estaba lucifer viniendo a cualquier hora y por diferentes motivos ya no lloraba porque no aparecía.
Me toco volver a empacar y cada vez que veía algo pensaba ¿Que llevar al nuevo Hogar?, deje un par de cosas, otras preferí donar, otras me parecían de manera necesaria dejarlas en la calle y que otro dueño las venga a buscar. Me toco embalar mas que la primera vez, porque cada vez que uno se instala va comprando mas cositas de a poco.
Tenia un nuevo lugar que arreglar, pintar, y decorar, admito que me costo dejar el departamento de Belgrano y cuando lo encontré tan vació, con tan poca luz, con muchos huecos que fueron tapados por adornos o fotografías.
Ahí mi corazón se entristeció, era realmente como lo había encontrado y como había aparecido en mi vida, un departamento y un alma vacía, con muchas grietas para tapar  pero por sobre todas las cosas aparentar ser algo con mucho estilo y hermoso hacia los ojos de los demás. 
Cuando al fin de cuentas, solamente nosotros dos, podíamos ver esos huecos o ese malestar de un piso de madera que trataba tapar.
Fue ese quiebre de dejar esa vida, bajar la persiana y agarrar las maletas para mi nueva otra vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario